En un entorno rural, entre montañas y parques naturales, se halla la comarca de El Comtat, el corazón de la montaña de Alicante. Al este la sierra Aitana, al sur la Carrasqueta, al norte la sierra de Benicadell y al oeste el parque natural de la Sierra de Mariola con el Montcabrer vigilante.
Localizados en alturas de 620 mtrs( Quatretondeta) y de 810 mtrs (Cocentaina, sierra ), encontramos los terrenos donde desde hace más de 70 años se levantan sobriamente y con elegancia los olivos que nos regalan su fruto maduro y saludable.
Gestión y desarrollo sostenible, apostamos por mantener el sistema tradicional de cultivo, las peculiaridades del entorno, con abancalamientos en pendiente pronunciada, clima duro con contrastes elevados y una pluviometría dispar, hacen que la producción de aceituna sea reducida, elevando así su calidad y sabor. Son, podríamos decir, “microolivares” , pequeñas parcelas con limitada producción.
Con procedimientos de producción ecológicos, la recogida manual del fruto, su tratamiento hasta la fase final, el cuidado en su manejo y elaboración, nos permiten ofrecerle un aceite de una alta calidad, con un pasaporte ecológico y de respeto por la naturaleza y la tradición.
Aportamos y cooperamos con nuestra forma de elaboración artesanal, nuestro grano de arena en la contribución a un sostenimiento ambiental y social, como elementos potenciadores de la economía rural, respetando el patrimonio local de pequeñas producciones en fincas reducidas.
Apostando por la economía rural, con precios justos por la producción, para evitar el despoblamiento de sociedades pequeñas y mantenimiento de la agricultura racional y responsable, ayudando a la conservación de la biodiversidad. No sólo es producir y ganar dinero, sino mejorar la calidad de vida de estas comunidades que son verdaderos ecosistemas a los que hay que contribuir en su desarrollo.
Cuando consuma este aceite no piense que es sólo aceite, es también un producto hecho y elaborado de forma que usted está contribuyendo al sostenimiento ecológico de un entorno rural, potenciando variedades locales de aceitunas y sistemas de producción respetuoso con una materia prima de excelente calidad. Consumiendo este aceite está usted saboreando la historia y los aromas de una tierra que sabe ser agradecida. Visítenos y lo comprobará.
Pequeños terrenos a los que este aceite se vincula estrechamente, y un entorno que le aporta al aceite valores como son los del esfuerzo, el respeto a la madre tierra, la tradición milenaria, y la cultura de una gente que ha sabido respetar la historia y el patrimonio que supone transmitir de generación en generación, el buen hacer en la producción del “oro liquido” por excelencia.
Durante todo el año, en sus diferentes estaciones, el agricultor ve brotar y crecer el fruto del olivo: cuidando su desarrollo, mimando su crecimiento, vigilando su salud, para cuando llegue el momento, con mucho respeto y con formas delicadas, recoger las aceitunas que más tarde, y siguiendo la forma tradicional y sostenible, respetuosa con el medio ambiente, extraer su esencia que más tarde llegará a sus manos.
Rocío mañanero, sol protector, nieves inesperadas, lluvias fecundadoras…acompañan todo el año la maduración de un fruto, sin más colaboración que la mano del hombre, el esfuerzo y el trabajo que generación tras generación, esta gente ha sabido transmitir, entregando su saber y cultura a los que hoy siguen manteniendo la cultura rural de respeto al medio ambiente y a una tierra que sabe ser agradecida. Sostenibilidad y eficacia, sentido común y admiración a la biodiversidad como base de un crecimiento y desarrollo rural, aliándonos con el terreno, con la sociedad, para fortalecerla, para crecer con ella, comprometiéndonos en el ecosistema, impulsando su crecimiento, porque la cultura del aceite forma parte de nuestra historia, de nuestra forma de vida, de nuestra cultura y de nuestra razón de ser.
Tierras duras, arcillosas, que van recogiendo el desgaste de la montaña que deja su huella en los famosos “Frares” de Quatretondeta, a 810 mtrs. de altitud. Rodeado por este bosque de “agujas” escribiría Rafael Pérez i Pérez, maestro y antecesor en la familia, sus famosas y numerosísimas novelas rosas (más de 160) traducidas a varios idiomas. Esta herencia que hoy ponemos en sus manos, es nuestro aceite, fruto de una herencia cultural , elaborado de manera artesanal, con el sabor de lo auténtico.
De las tierras altas del parque natural de la Sierra de Mariola, extraemos un aceite que recoge los aromas y el sabor de unos terrenos que se mantienen protegidos, en un ambiente de total respeto ecológico, demostrando que es posible la conservación de la biosfera y nuestros parques naturales, con el cultivo de estos árboles centenarios. Contribuyendo al sostenimiento racional de la economía productiva. El aceite que extraemos de estas tierras, se enraiza de forma perenne a la cultura y la tradición de esta comarca, si visitan nuestra Fira de Tots Sants podrán comprobar como el aceite forma parte no sólo de nuestra história, sino también de nuestra tradición, y es protagonista vivo de nuestra economía hoy en dia. En todos los productos a su alcance encontrará siempre presente en su formulación y componentes, al aceite de oliva. Es pues, un actor principal del sostenimiento social y del mercado productivo de nuestra sociedad, que pretende ser fiel a una tradición y a una historia que transpira por todos lados, que se hace presente y que aspira a ser catalizador de economías locales de reducido tamaño, respetando el ecosistema y colaborando con el sostenimiento ambiental y social.